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Mi Historia - Parte 1

  • Writer: Debbie Tinez
    Debbie Tinez
  • Dec 4, 2016
  • 5 min read

Recuerdos, Reflexiones y Enseñanzas de mi Vida Como Atleta


Mi nombre es Deborah Martínez, originaria de San Carlos, Sonora, México y tengo 28 años. Quiero compartir con ustedes una idea, una pasión y varias experiencias de vida. Creo que haciéndolo tocaré sus corazones y les mostraré algo que siempre ha estado ahí, pero que no ha sido explotado como se pudiera: el deporte como medio para el empoderamiento del individuo.


El deporte nivela, socialmente, humanamente. Cuando dos deportistas o mas entran al campo, a la cancha, al ring, al salón… en fin, al campo de batalla, esos deportistas se vuelven un conjunto de emociones, de reacciones, de estrategias y se sincronizan el cuerpo y la mente. No hay dinero que te ayude a ganar esa batalla, no hay carnets que digan que tanta educación tiene el rival, aquí son solamente cuerpos y mentes enfocados en un objetivo… ganar. ¡Qué increíble la manera de nivelar a esas personas a su esencia humana! Eso es todo, dos humanos compartiendo una experiencia.


Sin embargo en el momento de la verdad, cuando hay que hacer el primer tiro, a casi todos nos tiemblan las piernas y la calidad del resultado está basado en todas las horas de entrenamiento que te han llevado a perfeccionar esa técnica. En ese golpe se traducirán las horas largas de sueño, los músculos doloridos, las fiestas perdidas y las batallas con tu ego que te dicen muchas veces que no puedes hacerlo. En ese único tiro de salida con el que empiezas tu torneo, van miles de golpes de práctica imaginando que estás ahí. Seguramente a tus 17 años ya tienes mas de 10,000 horas de entrenamiento que se traducen en miles de dejavú, en donde solamente cambia tu atuendo de ese día, el clima y lo que está pasando en el mundo, por que tú has estado entrenando en el mismo lugar y a la misma hora, y tus amigos saben exactamente donde encontrarte. Entonces, cuando dos personas o dos equipos se encuentran en el campo, solamente cuentan las horas, la pasión y la inteligencia con que se ha entrenado.


El ser un buen deportista es como ser un buen orador o tener carisma, es realmente una cualidad que te puede ayudar en la vida. El ser deportista va mas allá de saber llevarte a los rivales sin que te quiten la pelota… ser un buen deportista es ser inteligente en el juego, es tener una estrategia para salir vencedor, es estar consiente de tu cuerpo y de tu entorno, es saber tus límites y lo necesario para mejorar el rendimiento de tu cuerpo, es saber cuando detenerse, cuando aceptar la derrota y darle la mano al contrincante. Y no me cabe duda, que estas mismas habilidades se pueden aplicar en la vida estudiantil, laboral e interpersonal de una forma muy similar.


A continuación les voy a presentar mi historia y la historia de nueve maravillosas mujeres, quienes muy amablemente han compartido sus experiencias conmigo. Cabe mencionar que las conozco a todas y cada una de ellas, que con la mayoría he compartido la cancha, incontables botellas de agua, sudor y lágrimas. Les doy las gracias por haber existido como compañeras de equipo cuyas cualidades como jugadoras complementaban las mías y juntas llegamos tan lejos. Gracias por confiar en mi en la cancha, por darme la responsabilidad de cuidar ese balón y de la mano correr junto con ustedes, por que sin su fuerza no hubiera podido llegar. En ese balance de talentos hay una enseñanza enorme, por que tu sabes que tienes que dar dos pasos atrás y dejar que la otra persona termine el trabajo cuando ella es mejor que tú. Chicas, gracias por terminar el trabajo y en ocasiones dejarme la responsabilidad a mi. También quiero agradecer a alguna que otra en ese conjunto de mujeres que fueron mis rivales en la cancha. Gracias por poner la vara tan alta y empujarme a ser mejor, sin ustedes nada hubiera sido posible. De hecho, en México se necesitan mas rivales de alto rendimiento para incentivar a mas chicas como nosotros a desarrollar sus habilidades. A mi roommate en college que me vio batallar y quien sigo viendo luchar por llegar a las olimpiadas. Te quiero y me enseñaste muchísimo con tu ejemplo. Mi mejor amiga de la niñez que siempre fue mi rival en el tennis y en cualquier actividad que nos pudiéramos imaginar, siempre fuiste mi rival y compañera de travesuras, siempre voy a estar ahi para ti.


El fin, yo cuento esta historia por que la viví intensamente, cada día al 100. Creo que he vivido un sueño en donde he sido capaz de encontrar o desarrollar una esencia muy mía y al hablar con estas mujeres me doy cuenta que no soy la única. Quiero compartirles lo extraordinarias que son estas historias en nuestro México. Quiero decirles que debemos tener muchas mas historias como estas. Que si nos hubieran dejado jugar futbol de pequeñas y hubiéramos tenido los mismo recurso que los niños, todas seríamos futbolistas profesionales… se los juro.


La idea original era que me contaran una enseñanza del deporte que tuvieran presente, que volviera a su mente recurrentemente durante su vida y que les ayudara a tomar decisiones cuando las cosas no son tan obvias. Algo que habría forjado su carácter. Entonces, siguiendo esa solicitud, aquí va exactamente ese episodio de mi vida en el que pienso directa o indirectamente todos los días.


En mi mente está un poco revuelto el mes, el día, lo que hice antes y lo que hice después… pero ese día fueron los try outs de la selección Sonora en la categoría pasarela femenil. Yo no se si estaba haciendo mucho calor, o si simplemente no estaba en la mejor forma, pero yo sentía que me moría corriendo de un lado hacia el otro. Sin aire y sin pensar, pido un cambio/una substitución. Cabe destacar que yo era, se puede decir, la líder de mi equipo municipal y realmente sentía que debería de pertenecer al equipo de Sonora, ¡nadie podía detenerme en mi municipio! Mi ego estaba a punto de ser destrozado al pedir esa substitución. Un segundo después de que salgo de la cancha, hacen sonar el silbato para acabar el partido y mi actitud de mediocre les aclaró todas sus dudas. No me ficharon para el equipo de Sonora y en mi mente me quedo la espinita de que la gente me vio en ese momento como una mediocre ¡lo cual no era! ¡esa no era mi esencia! o al menos no quería que a gente me viera como tal. Desde ese momento, me he dado a la tarea de probarle al mundo que soy una guerrera, que a mi no me detiene nada, que todo es posible si se trabaja duro, que el cielo es el límite y que lo imposible solamente toma un poco de mas tiempo.


El siguiente año entré a la selección Sonora y nos convertimos mi equipo y yo en la selección Pasarela Femenil Sonorense en ganar la olimpiada nacional en mucho tiempo. Imagínense que experiencia de vida, de mediocre, a campeona nacional… entendí que la persistencia y la dedicación pagan. Eso lo aprendí a los 14 años y hoy en día, esa enseñanza es parte de mi esencia.



Creo que hay muchos jóvenes que pueden vivir mas experiencias como esta si se les da el apoyo que necesitan ¿Como es posible que no explotemos esto?

 
 
 

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